El papel de las ONG de salvamento marítimo en la gestión de la crisis migratoria en el Mediterráneo

En el año 2015 se desató una crisis migratoria sin precedentes, donde un número creciente de personas se lanzó al Mar Mediterráneo arriesgando sus vidas en busca de protección. Solo en ese año, más de un millón de personas llegaron a las costas del Sur de Europa mediante embarcaciones, y unas 3.770 de ellas fallecieron o fueron reportadas como desaparecidas. Provenían de los principales países generadores de refugiados, incluyendo Siria, Irak y Afganistán (UNHCR, 2015).

La llamada “crisis migratoria en el Mediterráneo” o “crisis de refugiados en Europa”, azotó todo el viejo continente debido a que los movimientos migratorios no concluían al llegar a las costas europeas del Mediterráneo, sino que proseguían hacia Europa Occidental y Septentrional a través de la ruta de los Balcanes Occidentales. El Sistema Europeo Común de Asilo se puso contra las cuerdas, demostrando que no ofrecía un marco de gestión coordinado para hacer frente al problema, ni contaba con garantías de protección, convirtiendo el Mar Mediterráneo en la ruta migratoria más letal de la que se tenga conocimiento hasta la fecha (IOM, 2020).

Por su parte, numerosos Estados europeos, viendo el colapso de la situación, han optado por implantar restricciones legales y físicas en sus fronteras con el objetivo de dificultar la entrada de refugiados y solicitantes de asilo en sus territorios, que varían desde el establecimiento de trabas legales al acceso a los sistemas de asilo, hasta el levantamiento de muros entre países e incluso la instauración de concertinas. Asimismo, ACNUR ha constatado la transgresión de obligaciones por parte de los Estados miembros para con los solicitantes de asilo y refugiados, que incluyen devoluciones en caliente y regresos forzosos a través de vías ilegales (UNHCR, 2015).

Considerando la gravedad de la situación, han surgido diversas ONG de salvamento marítimo que tratan de prestar apoyo mediante el socorro de las personas que se encuentran en peligro en el mar. Sin embargo, estas ONG deben enfrentarse a arduas limitaciones impuestas por los Estados miembros de la Unión Europea, lo cual refleja una contradicción entre su propia legislación nacional y comunitaria, y los convenios internacionales firmados y ratificados por ellos mismos. Esta paradoja manifiesta no solo la complejidad de la cuestión, sino también la falta de coordinación existente para dar una respuesta eficaz al problema y rebajar el número de fallecimientos que tienen lugar en el Mare Nostrum.

El deseo de los gobernantes de “externalizar” el problema no se ajusta a los intereses de las ONG, que buscan responsabilizarse y responsabilizar a los Estados europeos de esta crisis humanitaria. Este hecho genera que algunos partidos políticos de ideario xenófobo busquen criminalizar la labor de las ONG de salvamento marítimo, como ha ocurrido con la ONG Proactiva Open Arms recientemente, entre muchas otras.