Beneficios de la comunicación responsable: la clave para un impacto social real

En un contexto donde la confianza se construye con hechos y palabras, la capacidad de comunicar de forma responsable marca la diferencia. No se trata solo de contar lo que hacemos, sino de cómo lo contamos. Este artículo explora por qué comunicar bien también es actuar, en qué consiste y cómo puede transformar tanto dentro como fuera de las organizaciones.

En muchas entidades, desde ONG hasta empresas, la comunicación a veces se ve como algo “de adorno”. Un extra para darle visibilidad a lo que se hace. Algo que se activa al final, cuando ya está todo listo. ¿Te suena?

Lo cierto es que comunicar bien no es solo un complemento: es parte del impacto. Una comunicación responsable puede cambiar miradas, mover conciencias y generar conexiones reales con las personas. Y eso, al final, es transformar.

¿Qué significa “comunicación responsable”?

Aunque suena obvio, no siempre lo es. Comunicar de forma responsable significa hacerlo con honestidad, claridad, respeto e inclusión. Es contar lo que hacemos en materia de sostenibilidad (sea mucho o poco) sin adornos de más, sin exagerar ni esconder los errores. Es poner en el centro a las personas, sin victimizar ni romantizar sus historias.

No se trata solo de informar, sino de generar confianza, construir credibilidad y sumar al cambio social desde la honestidad.

¿Y si existiera un ODS solo para esto?

Pues, ojo, que ya se propuso. La Global Alliance for Public Relations and Communication Management —que reúne a profesionales de la comunicación de todo el mundo— presentó en 2022 ante Naciones Unidas una propuesta para crear el ODS 18: Comunicación Responsable.

¿Y qué busca este nuevo ODS?

• Luchar contra la desinformación.
• Fomentar el respeto y la empatía en los mensajes.
• Asegurar que la información sea accesible e inclusiva.
• Promover la diversidad, la transparencia y la educación mediática.

Todavía no ha sido aprobado oficialmente, pero ya hay muchas organizaciones apoyándolo. ¿Por qué? Porque cada vez más, cómo comunicamos es tan importante como lo que hacemos.

¿Por qué debería importarle esto a tu entidad?

Porque comunicar también es actuar. Y porque, aunque no digamos nada, ya estamos comunicando con el silencio. Así que más vale hacerlo bien y con intención.

Una comunicación responsable puede:

- Evitar daños: sobre todo cuando trabajamos con colectivos vulnerables.

- Fortalecer la coherencia: entre lo que decimos y lo que hacemos.

- Empoderar a la gente: con mensajes claros, útiles y motivadores.

- Ayudar a cumplir normativas, como la nueva directiva europea CSRD, que exige mayor transparencia.

- Diferenciarte en un mundo donde el compromiso auténtico se valora más que nunca.

- Evitar riesgos como el greenwashing (vender más impacto del que hay) o el impact hushing (no contar nada por miedo a las críticas).

El miedo a comunicar: un freno que hay que soltar

Muchas veces el problema no es saber qué decir, sino atreverse a contarlo. ¿Y si nos critican? ¿Y si no es perfecto? ¿Y si parece que lo hacemos solo para lucirnos?

Bueno, ¿y si no comunicamos nada? El silencio también deja un mensaje. Y puede sonar a indiferencia, a falta de compromiso, incluso a opacidad.

La clave está en ser honestos. Contar lo que hacemos sin exageraciones, ni omisiones, con sus luces y sus sombras. Eso también construye confianza.

Comunicar desde la coherencia y la honestidad

La comunicación responsable no es un lujo. Es una herramienta poderosa para ampliar el impacto, generar alianzas y conectar de verdad con las personas.

Por ello, desde SolucionesONG y Fundación Hazloposible, creemos que no hay que tener miedo a comunicar desde el corazón. Si lo que haces tiene propósito, y lo cuentas con respeto, con transparencia y con empatía, tu mensaje vale. Es necesario. Y puede marcar la diferencia.