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El diseño de un proyecto de una asociación

1. De la idea inicial al proyecto

Hacer el proyecto de la asociación es un proceso de maduración de lo que es y significa la asociación, tanto para vosotros como para las personas a las que va dirigida vuestra acción social.

La idea inicial de una asociación necesita de unos requisitos específicos que le permitan convertirse en un proyecto coherente y con posibilidades de éxito. Debe ser una idea consensuada por todos los integrantes del grupo inicial, a partir de un debate. El diálogo debe ser la base sólida que permita tomar decisiones futuras o bien afrontar cambios. El consenso es esencial para dar coherencia y continuidad al proyecto que tenéis como asociación y para plantear formalmente y por escrito vuestro proyecto de asociación. Después se tratará de ir modificando ese documento a partir de los cambios que vaya sufriendo la realidad a la que os dirigís. Tales cambios deben continuar respetando el consenso y provenir de una inquietud compartida por el grupo social al que va dirigida vuestra acción social.

2. La elaboración del proyecto

Análisis de la realidad; la detección de las necesidades, la definición de los objetivos y de como los lograréis, pasos imprescindibles para elaborar el proyecto de vuestra entidad.

El estudio de la realidad en la que queréis intervenir o bien ya intervenís, es decir el análisis de los destinatarios de vuestra acción y sus condicionantes psicológicos, sociales, económicos o culturales, es algo básico para poder concretar los objetivos que conducirán vuestra tarea social. Se trata de pensar qué hace falta conocer de los destinatarios y qué creéis que habréis de hacer para conseguirlo.

En este punto es necesario hacer una detección de las necesidades y determinar cuales son los factores que las generan. Podríamos decir que hace falta especificar si se tratan de factores demográficos, culturales, económicos, políticos o tecnológicos.

Una vez conocidas las necesidades a cubrir, hace falta valorar cuáles son las posibilidades de vuestra entidad, en qué ámbito queréis actuar y cómo lo vais a hacer, que por otro lado, dependerá de los valores que tengáis como entidad y de vuestras aspiraciones como tal.

El segundo paso a llevar a cabo es la definición de los objetivos. Es necesario explicitar las necesidades detectadas y priorizar algunas en referencia a las cuales habréis de fijar vuestra tarea. Los objetivos guiarán todas las decisiones que toméis en relación a la entidad y a los diferentes proyectos concretos que estáis interesados en llevar a término. Los objetivos tienen que redactarse de forma clara por todos, también por las personas que no forman parte de la asociación, ya sean los usuarios a las personas externas. En efecto, tienen que ser fruto de un proceso democrático, estar redactados en positivo y en infinitivo con varias categorías explicativas, es decir, que sean objetivos generales y específicos concretados temporalmente.

3. Organización de los recursos y planificación de la intervención

El consenso entre todos los integrantes de la asociación es primordial por conseguir la asertividad

Llegados a este punto del proceso es necesario elegir cuál va a ser el estilo y el modelo de actuación que vais a utilizar. Debe estar en total concordancia con los objetivos que habéis concretado a priori. Enumeramos los pasos que tendréis que seguir:

  • Fijación de objetivos operativos.
  • Concretización de los criterios de evaluación.
  • Elección de la metodología que vais a utilizar .
  • Enumeración de las actividades a implementar.
  • Asignación:

- De los recursos materiales.

- De los recursos económicos (presupuesto y búsqueda de financiación).

- De recursos humanos: equipo humano, coordinación o formación entre otros.

  • Temporalización de la acción que vais a llevar a cabo.
  • Previsión de los aspectos legales sean de responsabilidad civil, como en lo referente al derecho fiscal.

4. Intervención

Es muy importante insertar vuestro proyecto de asociación en un contexto que se vincule a su actuación.

Una vez se han planificado e interiorizado los objetivos por parte del equipo humano de la asociación, se podrá proceder a implementar las actuaciones programadas. Pero concretar y dejar por escrito el proceso que seguiréis antes de llevarlo a cabo es el paso inicial.

La integración de la asociación en el seno de la comunidad en que toma cuerpo, es un tema a tener presente antes de la constitución de la misma. Es necesario ser sensibles a los condicionantes del entorno, así como a las demandas y exigencias que se formulan, aún cuando no sean siempre explícitas. El hecho de que vuestra entidad forme parte de un entorno que mayoritariamente apoya su actuación social, es un elemento clave para la constitución y la fundamentación de toda asociación.

La asociación puede estar integrada en cualquier tipo de comunidad, eclesiástica, escolar o universitaria, hospitalaria o en una institución pública o privada, y siempre será imprescindible que la intervención de vuestra asociación se haga con el beneplácito de la comunidad a la que pertenecéis.

Vuestra asociación necesita instrumentos de legitimación, de alguna justificación lo suficiente convincente y reconocida. Sólo de esta manera podrá ofrecer su servicio con calidad.

Una vez exista la percepción generalizada de la necesidad de crear vuestra asociación, se puede realizar la intervención propiamente dicha.

Inicialmente hace falta establecer canales de comunicación con el entorno y sobre todo con el colectivo en el que queréis intervenir. Éste tiene que ser consciente de vuestras intenciones y debe estar de acuerdo. En un segundo nivel, haría falta que comunicárais al colectivo, en caso de que no haya estado en el proceso de elaboración de vuestra metodología y objetivos, qué y como pretendéis hacer vuestra intervención, dando la opción, si es el caso, de hacer los cambios pertinentes.

5. Evaluación

El aprendizaje y la mejora a partir del análisis de vuestros resultados.

Consiste en la comparación de los resultados con los objetivos que habéis fijado, ver si con los resultados obtenidos se han logrado realmente los objetivos.

Es importante concretar ya desde la redacción del proyecto, los indicadores que os permitirán dictaminar el grado de consecución de vuestros objetivos. Un indicador es una unidad de información que explica si un criterio de evaluación se ha dado o no. Los indicadores que determinéis pueden ser cuantitativos o cualitativos. Algunos indicadores cuantitativos:

  • Grado en que se ha cumplido el programa previsto.
  • Número de medios de comunicación que han recogido la actividad.
  • Grado de eficiencia económica.

Haced una encuesta a los usuarios preguntándoles si creen que sus necesidades han estado cubiertas o no. Es importante que pactéis las puntuaciones que daréis a cada indicador, todo dependerá de la importancia que para vosotros tenga cada uno de ellos.

Los indicadores para medir la evaluación no tienen que ser sólo cuantitativos. La opinión o reflexión de alguno de vuestros socios, participantes, usuarios o demandantes, puede daros mucha información en torno a los resultados de vuestra tarea.

Algunos indicadores cualitativos:

  • Se ha incrementado la comunicación entre diferentes colectivos o grupos de población.
  • La actividad se ha realizado en colaboración con diferentes instituciones.
  • Se ha conseguido la participación de un colectivo marginado.
  • Se ha conseguido manifestar una problemática hasta el momento latente.
  • Repercusión a nivel social.

Es necesario que estéis abiertos a incluir en vuestra evaluación temas no previstos y que puedan ser positivos o negativos para el desarrollo y balance de vuestra entidad. Y no olvidéis que cuando vuestra asociación ya esté en funcionamiento, hace falta hacer evaluaciones periódicas, como mínimo una evaluación general a principios de año, sobre las actividades del año anterior, y preferiblemente de cada trimestre.

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