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Unid@s por un nuevo contrato social para los pueblos indígenas

10.08.21

Hay más de 476 millones de personas indígenas, divididas en aproximadamente 5.000 grupos diferentes, que viven en 90 países de todo el mundo, lo que supone el 6.2% de la población mundial. Estos pueblos representan una infinita diversidad de culturas, tradiciones, conocimientos y prácticas singulares. Además, poseen una conexión especial con la naturaleza y el planeta, por lo que se convierten de manera evidente en activos fundamentales para el desarrollo humano sostenible.

La erradicación la pobreza en todas sus formas y dimensiones y la reducción de las desigualdades están en el centro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La sociedad, no solo los gobiernos, sino también los activistas sociales, los pueblos indígenas, las mujeres, la academia y los científicos tienen un papel que desempeñar en la construcción y el rediseño de un nuevo contrato social que sirva a los intereses de todas las poblaciones del mundo.

En concreto, las poblaciones indígenas se encuentran de forma desproporcionada entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando el 15 por ciento de los más pobres del planeta. Ello se debe a la falta de control y de toma de decisión respecto a las actividades, territorios y derechos que les pertenecen, entre otros.

El derecho de los pueblos indígenas a participar en la adopción de decisiones es un componente clave para lograr la reconciliación entre los pueblos indígenas y los Estados. Por lo tanto, un nuevo contrato social debe combatir el legado de exclusión y marginación que afecta a los pueblos indígenas, a través de su participación significativa y efectiva, incluyendo la obtención de su consentimiento previo, libre e informado. Ello conducirá al cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.

Es fundamental situar el foco de atención en las necesidades, preocupaciones y opiniones de la población indígena para alcanzar un contrato estable y sostenible en el tiempo, que incluya los derechos colectivos e individuales de estos pueblos reconocidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Es una cuestión urgente dado el impacto que ha tenido en ell@s la Covid-19 durante el último año.

El nuevo contrato social debe basarse en una auténtica participación y asociación que fomente la igualdad de oportunidades y respete los derechos, la dignidad y las libertades de todos. Los pueblos indígenas deben ser los protagonistas de un nuevo acuerdo que les garantice espacios de expresión y protección plena hacia sus derechos en el resto de sociedades.

La voluntad por parte de los estados para llegar a un nuevo pacto no ha sido reseñable, y es fundamental que desde el Tercer Sector impulsemos un nuevo contrato social basado en:

  • - Cooperación e interés social. El nuevo contrato social debe partir de un esfuerzo completamente global y guiado exclusivamente por los principios del desarrollo humano.
  • - Bien común. Este es necesario para una convivencia satisfactoria e inclusiva, de la cual se puedan beneficiar todos los grupos sociales
  • - Participación y asociación. Tanto a escala local como global, tanto en iniciativas impulsadas por ONG pequeñas como por grandes federaciones, todos y cada uno de los procesos de toma de decisión y de debate deben garantizar voz a cada uno de los colectivos y grupos participantes.
  • - Derechos Humanos. Cada actividad vinculada al nuevo contrato social debe servir para la promoción y protección de los mismos.
  • - Diversidad. Lo más positivo de estas experiencias es el surgimiento de sinergias entre culturas, puntos de vista y formas de entender la vida diferentes; el aprendizaje mutuo a través de la diferencia servirá para adoptar nuevas prácticas sostenibles y humanas.
  • - Alejamiento de paternalismos y vías tradicionales de cooperación. Debe consistir realmente en un acuerdo entre partes iguales, en el que cada colectivo cuente y represente exactamente lo mismo, fuera del modelo donante-receptor / Estado grande – colectivo pequeño. Debe reconocer la capacidad de acción de cada una de las partes y la importancia de la misma.
  • - Sostenibilidad. La conexión con el medio de las poblaciones indígenas y su respeto por la naturaleza es una lección aún por aprender en las sociedades enriquecidas. El nuevo pacto supondrá un gran avance hacia el fin del cambio climático.

En resumen, este nuevo contrato, defendido por Naciones Unidas, debe estar basado en todos los principios y dinámicas que ya promovemos las ONG mediante nuestra actividad desde hace años. Un futuro sostenible pasa por el respeto mutuo y el reconocimiento expreso de los derechos de todos los habitantes del planeta.

Trata sobre:

  • Emprendimiento en el Tercer Sector
  • Cooperación
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