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Publicado por: Equipo Canal Solidario

Voluntariado = solidaridad + responsabilidad + sensibilidad

25.08.11

La foto es de Ewokzinho en flickr

El ejercicio exclusivo del desarrollo integral de la persona y de la sociedad no compete al Estado, a los partidos políticos ni a las diversas confesiones religiosas. Es el ser humano y sus opciones libres quienes deben de protagonizar su desarrollo integral.

Siempre cabrá la cooperación pero nunca la imposición que no respete la libertad, la conciencia, la justicia y el derecho fundamental a buscar la felicidad, pues el ser humano ha nacido para ser feliz. Y la felicidad no puede imponerse de forma alguna.

Solidario proviene de solidus, moneda romana de oro, consolidada y no variable. La palabra solidaridad se refiere a una realidad firme y fuerte conseguida mediante el ensamblaje de seres diversos. También de la responsabilidad asumida in solidum con otra persona o grupo. Las personas se unen porque tienen conciencia de ser personas, seres abiertos a los demás como seres de encuentro y no como meros individuos aislados.

De ahí que la solidaridad va unida con la responsabilidad y ésta depende de la sensibilidad para los valores. Estos no se imponen sino que atraen y piden ser realizados. La solidaridad sólo es posible entre personas que en su conciencia sienten la apelación de algo que vale la pena y apuestan por ello. De ahí que la solidaridad implique generosidad, desprendimiento, participación y fortaleza.

Hoy, cuando tanto se habla de la necesidad de realizarse y de ser auténticos, es hermoso saber que authentikós es el que tiene autoridad y ésta deriva de augere, promocionar. Es decir que tiene autoridad sobre alguien, el que lo promociona o promueve, por lo tanto, auténtico es el que tiene las riendas de su ser, posee iniciativa y no nos falla porque es coherente y nos enriquece con su modo de ser estable y sincero.

“Para poseer ese tipo de soberanía el hombre tiene que aceptarse a sí mismo con todo cuanto implica; acoger su vida como un don; recibir y asumir como propias una existencia y unas condiciones de vida que no ha elegido. Esta vida recibida hemos de aceptarla con todas sus implicaciones: la necesidad de configurarla por nuestra cuenta, orientarla hacia el ideal adecuado, crear vida de comunidad, realizar toda una serie de valores que nos instan a darles vida… Si respondemos a esta llamada de los valores nos hacemos responsables”. Esto es vivir abierto generosamente a los demás en su afán de vivir con plenitud.

Para nosotros, como personas del camino que hemos asumido el compromiso del voluntariado social, éste va más allá de la justicia: significa hacer propias las necesidades ajenas. De ahí que su trabajo es en sí mismo precioso.

Artículo de J. C. Gª Fajardo, miembro de Solidarios para el Desarrollo

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