¿Bajo qué figura jurídica podemos unir asociaciones, proyectos personales y empresas con un fin social común?

Instrumentos para articular ese tipo de confluencias hay muchas, algunas formales y otras informales, temporales o con vocación de permanencia…
La que me parece más accesible pero que igualmente da plenas garantías a los promotores es precisamente una asociación.
La Ley de Asociaciones de Euskadi establece precisamente que podrán “constituir asociaciones y formar parte de ellas las *personas físicas y jurídicas*”.
Eso te permite contar con una entidad jurídica que aglutine a esa disparidad de actores.

Recordad, eso sí, que las asociaciones pueden ser de fines particulares (aquellas cuyas actividades sociales se orientan habitual y preferentemente a favor de las personas asociadas, aunque puedan llevar a cabo también actividades a favor de terceras personas) o de fines generales (aquellas entre cuyas finalidades figura la satisfacción de intereses que trascienden los de las personas asociadas, y que realizan habitual y preferentemente actividades a favor de terceras personas o del conjunto de la sociedad, ofreciendo a otras personas su ingreso voluntario en dicha organización asociativa), pero nunca podrán estar dirigidas a la obtención de beneficios económicos para su distribución entre las personas asociadas.

En la propia Ley 7/2007, de 22 de junio de Asociaciones de Euskadi encontrareis la vía para que las entidades jurídicas puedan integrar una asociación.

Muchas gracias por la respuesta y el documento. Lo miraremos atentamente y veremos qué es lo que más nos conviene.
Un saludo